REALIDAD Y DISTOPÍA. Reflexión tras el episodio 1X07 de EL CUENTO DE LA CRIADA. Libre de spoilers

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Me niego a referirme a El cuento de la criada como una distopía. La única razón por la que alguien se puede sentir inclinado a calificar esta serie como tal se debe a que la mira desde una perspectiva occidental(izada): la acción se sitúa en Occidente, de cuyos habitantes generalmente se asume una gran lejanía en relación con los peligros retratados. Sin embargo, situaciones como el fundamentalismo tomando el control de una sociedad en crisis, mujeres cargadas con el peso de preservar las supuestas tradiciones centrales de una comunidad y obligadas a cumplir con su "destino biológico", personas LGTBQ+ perseguidas y asesinadas, violaciones sistemáticas, fugitivos tratando desesperadamente de cruzar una frontera para salvarse de daños físicos, psicológicos o mortales (muchos de ellos llevando niños consigo), padres e hijos separados, etc., suceden ahora mismo no sólo "en muchas partes del mundo", sino en el propio Occidente; quizás de maneras menos obvias o sistemáticas, quizás a plena luz del día pero sufridas por personas no occidentales o aquéllas así concebidas.

Si esta serie nos resulta tan perturbadora a “nosotros” los occidentales es porque quienes en ella sufren son considerados parte de “nosotros” por la mayoría de “nosotros”; “nosotros” en tanto que opuesto a “ellos”, “los otros”; “nosotros” en tanto que opuesto a ésos que normalmente sufren esas situaciones y de quienes se asume que nacieron para ello. Nos resulta perturbadora a causa de nuestra inmersión en la perniciosa dicotomía nosotros/otros, con base en la cual personas nacidas por azar en un territorio (quizás, en un ejemplo no tan aleatorio, en aquéllos referidos como territorio español o italiano), se sienten más dignas de derechos (e incluso de vivir) que los nacidos al otro lado de otra costa (por continuar con mi ejemplo no tan aleatorio, que los nacidos al otro lado del Mediterráneo). Esta dicotomía, por cierto, claramente puede, y quizás deba, ser formulada en términos de diferencia de clase, pero ésa es historia para otra publicación.

A mi modo de ver, parte del interés de El cuento de la criada radica en su ruptura con la dicotomía mencionada, ruptura que aparta a la serie de la clasificación como distopía. A ojos american(izad)os y europe(izad)os, puede no parecerlo, pero ésta, amigos, es NUESTRA realidad, nos guste o no.