Wednesday 19 December 2018

HARTO Y MÁS QUE HARTO. Verdaderas medidas contra la violencia machista.

Último tuit de Laura Luelmo, cuyo cuerpo sin vida fue hallado el pasado lunes.

[This article is available in English here]

Estoy harto y más que harto de escuchar a los partidos políticos hablar de endurecimiento de penas frente a la violencia machista y "medidas" de protección que nunca sabemos en qué consisten.

Estando de acuerdo con respecto a la urgente necesidad de aclarar en el código penal qué son el consentimiento, la intimidación y la violación, estando también de acuerdo con la puesta en marcha de programas de formación en la problemática de género dentro de la carrera judicial y con las propuestas de coordinación entre distintos departamentos (sanitario, servicios sociales, etc.) para responder rápida y efectivamente (permítanme que me ría, esto es España) ante casos de violencia ejercida por parejas o exparejas, defendiendo además la prolongación de la privación de libertad en el caso de condenados de patente incapacidad para la reinserción, considero que todas éstas son propuestas sangrantemente insuficientes (el adverbio está elegido a propósito).

Exceptuando los casos en que la duración del encierro evite la reincidencia por parte de los condenados no reinsertables, es algo demostrado que el endurecimiento de las penas no disminuye las tasas de criminalidad. Tampoco lo hará la formación de los jueces, aunque las sentencias  resultantes serían sin duda más satisfactorias. Y sí, un aumento en la eficacia de las respuestas ante signos de violencia por parte de parejas o exparejas puede contribuir a la disminución de la recurrencia y el número de asesinatos. ¡Pero todo esto conforma una maquinaria que funciona a posteriori! Cada vez que se ponga en marcha, habrán sucedido ya el terror (quizás sostenido durante años), los golpes, las vejaciones, la vulneración de la integridad física, la no menos importante destrucción del sentido del valor propio, la desintegración de lo que Jean Améry llamó la confianza en el mundo, el trauma y/o la muerte.

Aunque, claro, invertir tiempo y dinero en prevención es demasiado largoplacista (¿neologismo por contraposición?) para unos partidos que no ven más allá de las fechas electorales. Quizás incluso sería contraproducente, porque si queremos verdadera prevención no basta con un par de anuncios en los medios. Además de medidas que garanticen la independencia económica de mujeres emparejadas, la verdadera prevención estribaría en una revolución de la educación. Una revolución que pasaría por hacer del pensamiento crítico (y no la memorística) uno de los ejes centrales del sistema, una revolución donde las cuestiones de género no se encontrasen circunscritas a una asignatura ni contenidas en una unidad didáctica, una revolución donde la práctica de la deconstrucción de los roles tradicionales de género vertebraría al sistema tanto como el pensamiento crítico, y una revolución que implicaría la integración de los psicólogos en el sistema educativo para fomentar, entre otras cosas, una ciudadanía empática y autoconsciente. Pero no, aquí sólo nos preocupamos por el estatus de la asignatura de religión y por los presupuestos, sin preguntarnos en qué se va a utilizar la inversión.

Una reforma en profundidad del sistema educativo es algo sobre lo que, seguramente, no estamos preparados como sociedad para debatir. Y, de debatirse, me temo que las propuestas que acabo de esbozar generarían miedos, rechazos y acusaciones de distintos tipos. No obstante, la discusión debe ser iniciada para que el futuro en que recojamos sus frutos sea el más cercano posible. Mientras tanto, seguiremos dejando que las cifras del marcador aumenten día a día.

No comments:

Post a Comment

WE WEREN'T TAUGHT THAT: HUMOUR, THE ROMANI PEOPLE AND AN UNEXPECTED TURN

International Romani flag [Este artículo está disponible en Castellano aquí ] Jokes and "ofendiditos" Last Summer was en...